En Plasencia, algunos no parecen tener mucho
interés por el turismo. Posiblemente el obispo no persiga estimular
el funcionamiento del sector servicios.
Lo digo porque en el mes de mayo, durante el fin de semana, el domingo hay tres misas en la catedral nueva, lo que, y no comprendo porqué, conlleva que no se abra la catedral vieja. No pudimos ver la catedral un domingo.
Lo digo porque en el mes de mayo, durante el fin de semana, el domingo hay tres misas en la catedral nueva, lo que, y no comprendo porqué, conlleva que no se abra la catedral vieja. No pudimos ver la catedral un domingo.
Afortunadamente pudimos visitar algunas iglesias que se abrían para los oficios. Visitamos también la iglesia que aloja el museo de semana santa. Nos llamó la atención el cristo muerto, tallado en corcho. Aunque no hay muchos pasos de calidad artística es admirable la presentación y el interés por mostrar su semana santa, expuesta con mucho cariño, contrastando con la apatía del cabildo. Pasamos un buen rato allí observando la semana santa placentina y charlando con la servicial taquillera.
También pasamos un buen rato en el
claustro del convento de Santo Domingo, hoy Parador nacional de turismo, en el que
tomamos un café bajo la famosa escalera al aire del S. XVI y dimos una cabezada en los sillones.
La muralla y el centro de
interpretación nos presentaron otra perspectiva de la ciudad, la
ciudad medieval amurallada.
Nos llamó la atención que el casco
antiguo estuviera tan tranquilo un domingo. La plaza mayor tenía
muy poca actividad. Nuestras dudas se despejaron cuando visitamos la
ermita de Nuestra señora del puerto. Toda Plasencia estaba paseando por allí. El entorno de
la ermita tiene unas vistas estupendas de la llanura dónde confluyen
el Jerte y el Ambroz.